Podía verte de lejos omitiendo y guardando la atención de no ser vista y así combatir con la atracción que luchaba por salir.
Mi amiga alcohol un día me puso un poco mas de personalidad y persuadió a mi mente haciéndola caminar por una cuerda floja donde el final era confesar, y así es como mi boca empezó a soltar lo que tenia guardado con cadenas.
Y paso lo que jamás pensé que pasaría.
La noche y el alcohol me hicieron suya por un segundo, su compañía me embriagaba aún mas y sus besos aún peor.
Miramos juntos el cálido amanecer y por mas hermoso que fuera, prefería mirarlo a el, sus gestos, sus ojos, coincidir y caer en su mirada, para que el también cayera en la mía.
Pero así como el amanecer, fuimos desapareciendo y nos fuimos desvaneciendo junto a el.
A.
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